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Sal Marina Virgen y Flor de Sal

Muchos de vosotros sabéis que desde el Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera promocionamos la Flor de Sal Marina Virgen que envasamos en pequeñas cajas diseñadas con el mensaje que queremos transmitir y que lleva implícito nuestra propia denominación.

Durante la participación en algunas ferias y jornadas a las que hemos acudido últimamente, son muchas las personas que nos han preguntado sobre las características y sobre todo las diferencias entre esta Sal y cualquier otra. Hemos podido comprobar que existe mucha confusión al respecto de los tipos de sal que ahora abundan en el mercado.

Esta es la razón por la que hemos creído oportuno compartir con todos vosotros este cuestionario al que respondimos hace unos días a instancias de unas personas interesadas en conocer mejor la Sal Marina Virgen y la Flor de Sal, y las razones que nos impulsan a la hora de poner en valor la Sal y el territorio donde cría.

¿Qué hace esta Sal tan única? ¿Cuáles son las características que la hacen tan especial?


La Sal Marina Virgen y la Flor de Sal no están compuestas únicamente de cloruro sódico; cuentan con numerosos oligoelementos fundamentales para el funcionamiento bioquímico de nuestro organismo.


La Sal Marina Virgen no es sólo sal: contiene del 88 al 94% de ClNa, el resto son nutracéuticos clave para la salud humana. Hemos demostrado que nuestras salinas son mucho más que sal e impulsamos iniciativas de custodia territorial que generan empleo, turismo, pescado de estero, algas, educación, cultura… gestionando reservas naturales que fomentan la biodiversidad.

¿Qué la diferencia de la Sal industrial?


Hasta que conseguimos cambiar la ley estatal, el ordenamiento jurídico español exigía que toda la sal tuviese más del 97% de cloruro sódico. La sal obtenida por métodos mecánicos introduce la maquinaria en el interior de los cristalizadores, por lo que las máquinas pueden introducir trazas de aceites, combustible y residuos sólidos que llevan en las ruedas. Además, el cazo o cuchara de la máquina no sólo cosecha sal, sino que también arrastra una parte del fondo del cristalizador, por lo que la sal recolectada por medios mecánicos cosecha sal marina y también una parte de barro o fango.


Conseguimos que el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobase el Real Decreto 1634/2011, que dice textualmente:


“Cuando se obtiene exclusivamente por la acción del viento y del sol, recogida a mano y lavada sólo en el cristalizador, sin la adicción de ningún ingrediente, se puede denominar Sal Marina Virgen. Cuando la capa flotante de la sal cristalizadaen la superficie del agua de los cristalizadores, formada exclusivamente por la acción del viento y del sol, se recolecta manualmente y sin lavar ni adicionar ningún ingrediente, se puede denominar “Flor de Sal”.

La Flor de Sal es resultado de la incipiente cristalización de los oligoelementos marinos, por tanto presenta una cristalización muy ligera, aún no se han homogeneizado los cloruros y las sales y, por tanto, tiene un peso específico mínimo y eso permite que floten en la interfase aire/agua.

¿Qué aspectos influyen en la calidad/sabor?


La Sal Marina Virgen es aquella recolectada exclusivamente a mano, no utilizando maquinaria pesada para su cosechado. Al recogerse a vara por un salicultor que accede al cristalizador generalmente descalzo, la extracción artesanal no ensucia los cristalizadores, no hace necesario lavar la sal y, en consecuencia, cosecha sal pura que atesora decenas de oligoelementos marinos como flúor, yodo o calcio. Elementos que la Organización Mundial de la Salud estima imprescindibles para prevenir enfermedades como el hipotiroidismo o bocio simple.


La Sal Marina Virgen sólo contiene del 88 al 94% de ClNa; el resto son oligoelementos nutracéuticos que resultan clave para la salud humana.

¿Cuál es la historia de la Salina La Esperanza, donde se recolecta esta Sal que promocionáis?


La Esperanza, en el término municipal de Puerto Realperteneció hasta mediados del siglo XX a la Familia Loaiza. La Universidad de Cádiz asumió su gestión integral a finales del siglo XX, y desde entonces se gestiona como un laboratorio al aire libre en el que se desarrollan estudios científicos relativos a la avifauna, microalgas, pescado de estero, moluscos e invertebrados marinos, educación ambiental, voluntariado y turismo ornitológico.

¿Que hace de la salina un ecosistema tan especial?


La Universidad de Cádiz y el Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera han demostrado que las salinas marinas artesanales son mucho más que sal; e impulsamos iniciativas de custodia territorial que generan empleo, turismo, pescado de estero, algas, educación, cultura… gestionando reservas naturales que, además, fomentan la biodiversidad.

¿Qué especies se pueden encontrar en la salina?


Dunaliella salina, camarón, artemia, lagostino, dorada, lubina, albur, lenguado, salicornia, almajo, salado, avocetas, chorlitejo patinegro, charrancito, cigüeñuela, cigüeña negra, águila pescadora, espátula, etc.

¿Cuál es la relación de Salarte con la Salina?


Salarte ha participado durante 2015 en la gestión integral de la Salina La Esperanza. Además su presidente participó en el expediente de concesión de Dominio Público Marítimo Terrestre de la Salina La Esperanza para que fuese gestionada por la Universidad de Cádiz, facilitó la ejecución del proyecto de restauración integral de la Esperanza Chica que llevó a cabo el Ministerio de Medio Ambiente en 2011.

En 2015, Salarte impulsó la creación de la cooperativa Salinas Artesanales Gaditanas, S.C.A.) que es la que ha gestionado La Esperanza desde junio hasta diciembre de 2015.


Salarte es una entidad de custodia del territorio que gestiona marismas salineras y salinas para recuperar el saber hacer de siglos, generar empleo local en base a los recursos endógenos, dar a conocer esta cultura milenaria, organizar visitas de turismo ornitológico y de naturaleza voluntariados ambientales y manejo de compuertas y esteros para potenciar la biodiversidad acuática, terrestre y avifaunística.

Podríamos resumirlo en una sóla frase: Sale et Sole = ¡¡Salud!!




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