De ruta con Andalucia Bird Society
Estrenábamos temporada y lo hicimos a lo grande junto a miembros de la Andalucia Bird Society, un grupo de ámbito andaluz creado para ornitólogos extranjeros residentes y visitantes, cuyo objetivo es cooperar y trabajar dentro del marco de la ornitología española como una organización que haga que los ornitólogos no españoles se involucren en proyectos de cooperación con los ornitólogos locales.
En esta ocasión, nos visitaron quince ornitólogos venidos desde el Cabo de Gata, La Axarquía, la Serranía de Ronda y la Costa del Sol (Málaga) que se alojaban durante unos días en Puerto Real. Con ellos y acompañados por los mariscadores Juan y Ricardo Ariza y parte de su familia, visitamos la Salina La Esperanza, el Estero El Boli y nuestra querida Isla La Covacha.
Comenzamos la jornada en la Salina La Esperanza donde su capataz, Demetrio Berenguer, realizó una demostración sacando a vara una varacha de sal marina virgen.
Después, durante una ruta pudimos ver en los tajos de pañuelo a los últimos pollos de alondras, chorlitejos chicos y patinegros, avocetas, charrancitos y cigüeñuelas, y los recién llegados correlimos comunes y zarapitines, chorlitos grises, agujas colinegras y otros ilustres invernantes.
Tras dejar La Esperanza nos dirigimos al Estero El Boli para dar cuenta de un suculento pic-nic, y disfrutar desde su observatorio de un centenar de espátulas, decenas de flamencos y cientos de limícolas.
Ya en La Covacha, el grupo pudo conocer el trabajo que diariamente realizan en la isla los mariscadores Juan y Ricardo Ariza, los Machaca, con los que el grupo quedó muy impresionado por el esfuerzo diario que realizan para el cuidado de la isla y sus habitantes, un mimo que ha hecho posible la recuperación y el éxito reproductor de la colonia de Espátulas, como certificaban recientemente los técnicos de la Junta de Andalucía.
Como colofón a la jornada, el grupo tuvo la oportunidad de ver desde el nuevo observatorio de La Covacha a una pareja de águilas pescadoras, cientos de archibebes, zarapitos, lavanderas, currucas y fumareles.
Terminada la jornada el grupo se despedía muy impresionado por los lugares que pudieron visitar conociendo el día a día de los auténticos artesanos y artífices de su mantenimiento. Para nosotros también resultó un auténtico placer, nos encanta enseñar en qué nos empleamos a fondo, convencidos de que sin lugar a dudas, estamos ante una PUERTA DE LA ESPERANZA.
¡Gracias por vuestra visita, amigos!
